Los Hijos del Cataclismo
En los rincones más sombríos de Lithernia, en las tierras baldías donde el suelo aún susurra con el dolor del fuego eterno, caminan los Hijos del Cataclismo. No son una raza creada por los dioses, sino un eco viviente de la era que precedió a la Gran Guerra, un testamento de la furia divina y la indomable voluntad de supervivencia mortal. Son los descendientes de aquellos que no perecieron bajo el Lilium, sino que fueron deshechos y rehechos por su poder caótico, marcados en cuerpo y alma por la tragedia que dio forma al mundo actual.
Origen: Ecos de un Mundo Roto
Cuando los dioses, en su cólera, desataron el Lilium sobre el mundo para castigar la rebelión del Primer Rey, la mayor parte de la humanidad ancestral fue borrada de la existencia. Sin embargo, no todos murieron. En los lugares donde la energía del cataclismo fue más extraña y volátil, algunos mortales fueron imbuidos por El_Cataclismo_del_Lilium. Sus cuerpos y almas se convirtieron en crisoles donde la esencia de la vida mortal luchó contra la magia divina pura y destructiva.
Los que sobrevivieron a esta agonizante transformación dieron a luz a un nuevo linaje. Estos son los Hijos del Cataclismo, portadores de una herencia que no proviene de ninguna deidad del panteón actual, sino del propio evento que dividió la historia. Su sangre recuerda un mundo unificado, y su existencia misma es una afrenta silenciosa a los dioses que intentaron borrar todo rastro del legado del Rey.
Rasgos Físicos y Habilidades Innatas
Los Hijos del Cataclismo son tan variados como las llamas del Lilium, pero todos portan las marcas de su origen.
- Marcas del Lilium: Su apariencia es un mosaico de rasgos Humanos alterados. La mayoría tiene cicatrices que brillan débilmente en la oscuridad con un fulgor ambarino o carmesí, como brasas moribundas. Su piel puede tener la textura de la obsidiana agrietada o la palidez de la ceniza. Sus ojos a menudo carecen de pupila, ardiendo con una luz interna que refleja su estado de ánimo: un rojo furioso en la ira, un azul frío en la tristeza.
- El Fuego Interior: La energía del Lilium corre por sus venas. Esto les confiere una asombrosa resistencia al fuego y al calor, como si las llamas comunes fueran un mero recuerdo de la conflagración que les dio origen. En momentos de gran emoción o peligro, esta energía puede desatarse de forma incontrolada, manifestándose como un aura de calor abrasador o ráfagas de poder arcano en bruto que emanan de sus cuerpos.
- Afinidad con la Desolación: Se sienten extrañamente en casa en las tierras devastadas por el Cataclismo. En estos parajes malditos, donde otros sienten la opresión de la muerte y la desolación, ellos encuentran una extraña serenidad e incluso pueden extraer energía del entorno para sanar sus heridas o fortalecer su poder latente.
Cultura y Sociedad: Parias de la Nueva Era
La sociedad de Lithernia, forjada por los dioses tras el Cataclismo, no tiene un lugar para sus Hijos. Son vistos con una mezcla de miedo, desprecio y superstición.
- En Mor’dhul: Son considerados abominaciones, fracasos de la creación que el Lilium no logró purgar. Sin embargo, su poder innato los convierte en esclavos o herramientas valiosas para los clanes más crueles, que buscan explotar su resistencia y su magia caótica.
- En Galvorn: Los marineros supersticiosos los ven como presagios de desastre, encarnaciones vivientes de la ira divina que puede hundir barcos y desatar tormentas. Rara vez se les permite permanecer en los bulliciosos puertos por mucho tiempo.
- En Valtoria: Los Enanos, amantes del orden y la tradición, los perciben como una corrupción de la naturaleza, una afrenta a la estabilidad de la roca y la montaña. Son una anomalía que debe ser evitada o expulsada.
- En Eldrador: En el rígido sistema de castas élfico, simplemente no existen. Son parias sin lugar, considerados inferiores incluso a los exiliados, pues su misma existencia recuerda a los elfos la fragilidad de su mundo perfecto.
Debido a este rechazo universal, muchos Hijos del Cataclismo viven como ermitaños en las tierras baldías. Algunos han formado pequeñas comunidades nómadas y secretas, clanes de supervivientes que se protegen mutuamente y preservan las tradiciones orales de un mundo olvidado. Otros encuentran refugio entre los Descastados de Mor’dhul, donde su condición de paria es, irónicamente, la norma.
Conexión con la Profecía
Los Hijos del Cataclismo ocupan un lugar único y ambiguo en la Profecía del Retorno del Rey. El augurio afirma que el Heroes elegido “purgará el mundo de las creaciones fallidas de los dioses”. Para muchos Hijos del Cataclismo, esta frase es un faro de esperanza. Ellos no son una creación de los nuevos dioses; son los últimos vestigios de la humanidad del Rey.
Creen que están destinados a ser los aliados naturales del Heroes, los únicos que comprenden verdaderamente la injusticia cometida por el panteón divino. Se susurra entre ellos que solo alguien con la sangre del Lilium puede tocar sin ser destruido los artefactos de la era del Primer Rey o soportar la energía liberada al quebrar una de las Lanzas Celestiales. Por ello, muchos buscan activamente señales del cumplimiento de la profecía, listos para ofrecer su lealtad y su poder a la causa que podría devolverles su lugar en el mundo o, en su defecto, vengar el que les fue arrebatado.
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Enlaces relacionados
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