Zaelis el Rúnico
Biografía
En los anales de Mor’dhul, el poder nace de la sangre, la conquista o la bendición de un dios oscuro. Zaelis, sin embargo, encontró el suyo entre el polvo y los ecos de mundos olvidados. Hobgoblin de linaje intrascendente, su clan fue una de las incontables víctimas colaterales del Cataclismo del Lilium, borrado de la historia como una nota a pie de página en la gran tragedia de Lithernia. Zaelis sobrevivió, no por su fuerza, sino por haberse escondido en la cripta de una biblioteca en ruinas, aferrado a un único pergamino chamuscado. Esa noche, entre cenizas y silencio, comprendió la única verdad que regiría su vida: los imperios caen, los dioses traicionan, pero el conocimiento, una vez adquirido, es eterno.
Fue encontrado por Vex el Silente, fundador del Juramento de Ceniza, no como un Guerrero, sino como un Erudito famélico catalogando los fragmentos de un pasado aniquilado. Vex vio en los ojos calculadores de Zaelis un arma más afilada que cualquier espada y le ofreció un lugar en su nuevo clan, una hermandad forjada no en la gloria, sino en la supervivencia pragmática. Zaelis abrazó su filosofía con fervor: la lealtad no se debía a dioses caprichosos ni a reyes tiranos, sino al clan que te daba un propósito.
Rápidamente, se convirtió en el pilar intelectual del clan. Ascendió al puesto de Guardián de Reliquias, un título modesto para el arquitecto de la red de inteligencia más sutil de Mor’dhul. Desde las bóvedas selladas bajo la ciudad-prisión de Thirawen, Zaelis dirige expediciones a ruinas de la Era del Primer Rey, descifra Runas que harían enloquecer a otros magos y extrae el poder latente de artefactos que el mundo creía perdidos. No busca la gloria en batalla como el Clan Thyrgram, ni el éxtasis del dolor como el Clan Kromagul. Su dominio se ejerce a través del control de la información, vendiendo secretos que derrocan a nobles y verdades que podrían desestabilizar reinos.
Su desdén por los caudillos como Vrak y Ghorak es puramente académico; los ve como herramientas contundentes en un juego que requiere la precisión de un bisturí. Su verdadera rivalidad es con figuras como Lyra de los Nighthawk, cuya red de asesinos y seductores considera efectiva pero efímera. “Ella quita una pieza del tablero”, musita Zaelis para sí mismo, “yo cambio las reglas del juego”.
Pero bajo su fría lógica arde una obsesión secreta: la profecía del Retorno del Primer Rey. No cree en salvadores ni en destinos escritos. Para él, la profecía es la máxima vulnerabilidad del orden actual, un arma conceptual esperando a ser empuñada. En su bóveda más profunda, guarda un artefacto que cree es la clave: un astrolabio de bronce celestial, rescatado de las ruinas del palacio del Primer Rey, cuyas Runas parecen moverse cuando nadie las mira. Zaelis no busca liberar al Rey, sino secuestrar su poder. Su objetivo final no es servir a un dios ni a un rey, sino volverse tan indispensable, tan fundamental a través del conocimiento, que incluso Sel’thirak, el Rey-Dios de la Muerte, se vuelva irrelevante.
Descripción Física y Equipamiento
Zaelis personifica la mente sobre la materia. A diferencia de la mayoría de los Hobgoblins de Mor’dhul, su complexión es esbelta, casi ascética, producto de una vida encorvado sobre textos antiguos en lugar de en campos de entrenamiento. Su piel tiene el color de la pizarra húmeda, y sus ojos, de un inquietante ámbar, permanecen quietos y analíticos, registrando cada detalle con una inteligencia depredadora.
Sus manos son su rasgo más distintivo: dedos largos y ágiles, perpetuamente manchados con tintas arcanas y pigmentos de conservación. Sobre sus nudillos y antebrazos se entrelazan finos tatuajes rúnicos que brillan con una tenue luz violácea cuando canaliza maná o entra en comunión con sus reliquias.
Viste con una elegancia funcional: túnicas de lana oscura y pesada, sin más adorno que sutiles bordados de hilo de plata que forman glifos protectores. Jamás se le ve sin su cartera de cuero de basilisco, que contiene un arsenal de lentes de aumento, estiletes de carbón, pergaminos de vitela y delicadas herramientas de precisión para manipular artefactos frágiles. Aunque lleva una daga corta y afilada en su cinto, es más una herramienta para cortar encuadernaciones que un arma. Su verdadera armadura es el conocimiento que custodia, y su arma más letal es un secreto susurrado en el momento oportuno.
Legado e Impacto en Lithernia
Zaelis el Rúnico es un fulcro oculto en el gran mecanismo de poder de Lithernia. Mientras reyes y generales chocan en batallas que quedarán registradas en la historia, él opera desde los silenciosos archivos y las tumbas olvidadas, reescribiendo el futuro sin que nadie lo note. Su legado no será de estatuas ni de conquistas, sino de revelación y control.
Si tiene éxito, podría ser el artífice de una nueva era: una donde el orden divino es desmantelado desde dentro, reemplazado por la fría y absoluta lógica del conocimiento arcano. No sería un rey, sino algo más peligroso: el primer tirano de la información, un poder detrás de todos los tronos. Si fracasa, los volátiles secretos que ha desenterrado podrían detonar con la fuerza de un segundo Lilium, sumiendo al mundo en una nueva edad oscura, nacida no del fuego de los dioses, sino del conocimiento prohibido de los mortales, desatado sin sabiduría.
Zaelis es la encarnación última del credo de su clan: De las cenizas, renacemos. De las ruinas del viejo mundo, ha cultivado una nueva forma de poder: calculador, amoral y absoluto. Y espera pacientemente el momento de gobernar con él.
Enlaces relacionados
- Era (relevancia: 0.51)
- Clan del Juramento de Ceniza (relevancia: 0.32)