Seraphine Vhal emerge en las callejuelas oscuras de Rynavel con la elegancia y el misterio que sólo una maestra de la sombra y engaño puede portar. Sus cuernos perfectamente adornados reflejan su Noble aura, pero su verdadera corona reside en sus ojos dorados, centellas de inteligencia fría y cálculo sin emociones superfluas. Sus movimientos son precisos, como los de una depredadora que siempre asegura la victoria antes de entrar en combate; la capa que lleva pareciera absorber el poco brillo que la reincide, envolviéndola en un halo impenetrable. Siempre lleva su daga ceremonial, síntesis de arte y magia antigua, una reliquia que alumbra su verdadera ambición: controlar la profundidad más oscura de Mor’dhul, no por la fuerza ofuscada que valora su rey, sino a través de un reinado invisible, tejido en hilos delicados, amenazas silenciosas y pactos velados.
En las sombras de su imperio secreto, sus aliados coleccionan secretos y silencios, preparando el terreno para un futuro donde cada decisión tenga un precio, y la traición sea moneda de cambio ordinaria. A pesar de su dureza, conserva un lado inesperadamente vulnerable: una aborrecible inevitable simpatía hacia aquellos sacrificados que, como ella, han crecido entre sombras. Seraphine no es una villana grotesca, sino una figura trágica y fascinante cuya historia y acciones pueden llevar tanto a la salvación como a la destrucción del Reino de Mor’dhul.
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