Elara Umbralis, ‘La Desvanecida’
Biografía
En los salones silenciosos de la Aguja de Obsidiana en Nynthil, donde los secretos son moneda y los recuerdos armas, no se pronuncia el nombre de Elara Umbralis. No por tabú, sino porque ha sido arrancado de la memoria misma. Elara no es una heroína recordada ni una villana despreciada; es un vacío, una leyenda contada a través de la ausencia, la más grande advertencia de la Casa Umbralis.
Nacida en el seno de una de las líneas más puras de la casa, descendiente directa de los Shadar-Kai que siguieron a Lyra Vex, Elara fue una prodigio en el arte prohibido de la extracción psíquica. Donde otros veían ecos confusos, ella veía narrativas completas. Podía navegar por la mente de un prisionero y desenredar no solo sus miedos, sino las raíces de esos miedos; no solo sus lealtades, sino las dudas que las corroían. Para la Casa Umbralis, que servía al Rey-Dios Sel’thirak comerciando con la inteligencia más íntima, Elara era el futuro: la perfeccionadora de su oficio.
Pero la maestría le trajo una ambición sin precedentes. Los secretos de reyes y generales le parecieron triviales, efímeros. Su obsesión se fijó en un recuerdo mucho más grande, el evento que había dado forma a la era actual y al poder mismo de su casa: el Cataclismo del Lilium. Teorizaba que si podía extraer y contener la memoria de la agonía del mundo, el recuerdo primordial de la ira de los dioses, obtendría un poder y un conocimiento absolutos. Comprendería la naturaleza del poder divino y mortal, y la Casa Umbralis ya no sería sirvienta de un dios, sino su igual.
Ignorando las advertencias de los ancianos, Elara preparó su ritual en las profundidades del Cañón de los Susurros. Eligió el cristal de obsidiana más grande y puro jamás extraído, un corazón de oscuridad perfecto para contener un recuerdo de magnitud cósmica. Conectándose al Tejido del Maná, buscó la cicatriz más profunda que la realidad de Lithernia poseía: el momento exacto en que El_Cataclismo_del_Lilium descendió.
Lo que ocurrió a continuación no fue una simple explosión o un fallo mágico. Al tirar del hilo de ese recuerdo, Elara atrajo una fuerza de aniquilación conceptual. El poder del Lilium, un evento que borró civilizaciones, no podía ser contenido; en su lugar, aplicó su propia naturaleza a su captora. La memoria que intentó robar, le robó la suya.
Elara Umbralis no murió. Fue deshecha. En un instante, fue borrada de la existencia y, lo que es más aterrador para su casa, de la memoria de todos los que la conocieron. Sus registros se desvanecieron de los archivos, los retratos se volvieron lienzos en blanco y su nombre se convirtió en un susurro sin sentido en los labios de su familia. Fue un acto de retrocausalidad psíquica: un ser definido por la memoria fue aniquilado por ella.
Descripción Física y Equipamiento
Ningún retrato de Elara sobrevive, y las mentes que la recordaban ahora contienen un inexplicable vacío. Sin embargo, el único artefacto que da fe de su existencia, un cristal de obsidiana fallido, proyecta un tenue eco psíquico, una impresión de lo que fue.
- Apariencia: El cristal sugiere una Shadar-Kai de una gracia austera y una intensidad escalofriante. Su piel habría sido del color de la ceniza pálida, y su cabello, de un blanco níveo, recogido en trenzas intrincadas adornadas con esquirlas de obsidiana. Sus ojos, ahora un vacío en el recuerdo colectivo, se describen en los ecos como pozos de color violeta oscuro, permanentemente fijos en un horizonte que solo ella podía ver: el paisaje interior de otras almas. Llevaba los tatuajes rúnicos de su linaje, que se decía que brillaban con una luz púrpura cuando canalizaba su poder.
- Equipamiento: Como maestra extractora, su equipo era una extensión de su mente. Portaba un Atramental de Nynthil, una daga ceremonial de obsidiana pulida no para cortar carne, sino para enfocar la energía psíquica y abrir “heridas” en la conciencia de sus objetivos. Sus túnicas eran de seda de araña sombría, tejidas con hilos de obsidiana triturada para amortiguar el ruido físico y psíquico. Siempre llevaba consigo un juego de lentes de memoria, cristales pulidos que le permitían examinar los “ecos” atrapados sin riesgo de contaminación mental, una precaución que, irónicamente, no le sirvió de nada ante el Lilium.
Legado e Impacto en Lithernia
Elara Umbralis, ‘La Desvanecida’, es quizás la figura más influyente de la Casa Umbralis precisamente porque no existe. Su catastrófico intento se convirtió en la piedra angular de la doctrina de la casa:
- El Límite del Poder: Su historia es la lección fundamental que se enseña a cada novicio. Demostró que hay conocimientos que no deben buscarse y poderes que no deben ser dominados. Gracias a ella, la Casa Umbralis conoce sus límites y ha mantenido su posición sirviendo a Sel’thirak en lugar de desafiarlo, entendiendo que el dominio de los secretos mortales es poder, pero el de los secretos divinos es aniquilación.
- El Cristal Fallido: El único vestigio de su existencia es un cristal de obsidiana agrietado que yace en la bóveda más profunda de la Aguja. No contiene ningún recuerdo, sino una abrumadora sensación de ausencia. Es el objeto más sagrado y temido de la casa. Meditar cerca de él es sentir el vértigo de ser olvidado, una herramienta de entrenamiento y tortura definitiva.
- Un Arma Conceptual: Los líderes más audaces de la Casa Umbralis se preguntan en secreto si el fracaso de Elara podría ser replicado. Si se pudiera comprender y controlar el poder que la borró, ¿podrían usarlo para “desvanecer” a un enemigo? ¿Un rey, una ciudad, un dios? El legado de Elara no es solo una advertencia, sino también la semilla de un arma potencial de poder inimaginable.
En última instancia, Elara es la personificación del lema de su casa. Se adentró tanto en la memoria ajena que perdió la suya propia, quedando atrapada no en una jaula de recuerdos, sino en la prisión infinita del olvido. Es un fantasma en el sistema, un susurro silencioso que recuerda a los señores del secreto de Mor’dhul que hay abismos de los que ni siquiera la memoria puede regresar.
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- Casa Umbralis (relevancia: 0.55)