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El Primer Rey

Biografía

En los anales de Lithernia, ninguna figura proyecta una sombra tan larga y profunda como la del Primer Rey. Su verdadero nombre se ha perdido en el tiempo, borrado por la ira divina, pero su leyenda perdura bajo títulos como “El Unificador” o “El Mártir de los Cielos”. Surgió en una era de caos, tras la caída de los grandes imperios dracónicos, cuando las razas mortales luchaban por la supervivencia en un mundo roto. Con un carisma que rozaba lo divino y empuñando una espada mítica forjada con escamas y hueso de dragón, el Rey logró lo impensable: unificó a Humanos, elfos y Enanos bajo un único estandarte, poniendo fin a siglos de conflictos.

Bajo su gobierno, Lithernia conoció una edad de oro sin precedentes. El Alba del Imperio fue una era de prosperidad, justicia y un florecimiento cultural y mágico que jamás se ha vuelto a ver. Las ciudades se alzaron majestuosas, el comercio conectó los rincones más remotos del continente y se establecieron consejos mixtos donde todas las razas tenían voz. El amor de su pueblo fue tan inmenso que comenzaron a venerarlo no como a un monarca, sino como a un dios viviente.

Esta devoción fue su perdición. Los verdaderos dioses, celosos y temerosos de perder su influencia sobre los mortales, le plantearon un ultimátum: renunciar a la veneración divina o enfrentarse a la aniquilación total a través del Lilium, un fuego eterno capaz de purgar el mundo. Decidido a proteger a su pueblo antes que a doblegarse ante la tiranía celestial, el Rey eligió el desafío.

Así comenzó la Gran Guerra contra los Cielos. El Primer Rey reunió a los magos más poderosos de su era, absorbió sus energías arcanas en su propio ser y, montado en una colosal bestia alada, lideró un vasto ejército mortal en un asalto directo contra los dominios divinos. La guerra se prolongó durante décadas, tiñendo Lithernia de sangre y magia. Luchó con la fuerza de mil hombres, pero incluso su poder tenía límites. Con el tiempo, sus ejércitos cayeron y sus aliados perecieron, hasta que quedó solo, agotado pero indomable, ante el panteón de dioses al completo.

Para poner fin a su rebelión y dar un ejemplo eterno, los dioses no lo mataron. En su lugar, lo atravesaron con cuatro Lanzas Celestiales —Requiem (la Lanza del Olvido), Ultimatum (la Lanza del Destino), Mortum (la Lanza del Fin) y Chronos (la Lanza del Tiempo)— y lo sellaron en una prisión bajo tierra, en el corazón mismo del cataclismo que desataron. Allí permanece, condenado a una inmortalidad de sufrimiento sin fin.

Tras su derrota, la venganza de los dioses se consumó. El Lilium descendió sobre el mundo, un apocalipsis de fuego que arrasó la civilización, alteró la geografía y borró casi todo rastro de su legado. De las cenizas, los dioses crearon nuevas razas y establecieron los cuatro grandes reinos, sembrando en ellos sus propias rivalidades y defectos, lo que dio inicio a la Gran Guerra interminable que aún hoy asola Lithernia.

Pese a todo, una chispa de esperanza sobrevive en la Profecía del Retorno del Rey. Se susurra que un día, un mortal elegido logrará quebrar el sello de una de las Lanzas, liberando el poder del Rey en su interior. Este Heroes reunificará Lithernia, desafiará a los dioses y “purgará el mundo de sus creaciones fallidas”, inaugurando una nueva era de paz. Esta profecía es tanto una promesa de salvación para los oprimidos como una terrible amenaza para el orden establecido.

Descripción Física y Equipo

Se le describe en los fragmentos históricos como un humano de porte majestuoso, cuya presencia inspiraba una lealtad inquebrantable y un temor reverencial. Sus ojos, se dice, brillaban con una determinación casi divina, y su voz era capaz de calmar tormentas o incitar a ejércitos enteros a la batalla.

Poderes y Habilidades

El poder del Primer Rey trascendía con creces el de cualquier mortal. Era un nexo de poder físico, mágico y carismático.

Legado e Impacto en Lithernia

El legado del Primer Rey es, en esencia, la historia misma de la Lithernia moderna. Cada conflicto, cada reino y cada esperanza o temor de sus habitantes es un eco directo de su rebelión y su caída.

  1. El Catalizador del Mundo Actual: Su desafío a los dioses provocó el Cataclismo del Lilium, el evento que destruyó la antigua civilización y dio forma al mundo tal y como se conoce. La existencia de los cuatro reinos en guerra perpetua es una consecuencia directa de su derrota.
  2. Símbolo Dual de Esperanza y Miedo: Para muchos, especialmente entre los Humanos oprimidos y los Tieflings disidentes, el Primer Rey es un mártir, un faro de esperanza que promete la liberación del yugo divino y la reunificación. Para los poderes fácticos, como la nobleza élfica o el propio Rey Sel’thirak, es la encarnación del caos, una amenaza existencial cuyo regreso debe ser evitado a toda costa.
  3. El Eje de la Profecía: La Profecía de su Retorno es una de las tramas más importantes y extendidas de Lithernia. Facciones enteras se han formado con el único propósito de cumplirla o impedirla. La búsqueda de las Lanzas Celestiales, ya sea para destruirlas, usarlas o liberarlas, es una misión legendaria que atrae a héroes y Villanos por igual.
  4. Una Memoria Inextinguible: A pesar de los esfuerzos de los dioses por borrarlo de la historia con la Lanza Requiem, su recuerdo sobrevive en cultos secretos, canciones prohibidas y Leyendas susurradas junto al fuego. Es la prueba de que ni siquiera los dioses pueden matar una idea, y su historia sirve como advertencia perpetua sobre el precio de la tiranía y el coste de la libertad.

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