Los Senescales Nocturnos
Orígenes Malditos
Bajo los pantanos sulfurosos de Mor’dhul, donde ni la luz de las estrellas logra penetrar, yacen los Manantiales de Putrefacción — venas abisales que conectan el mundo de los vivos con planos donde la descomposición es ley. Los Senescales Nocturnos, orden de hechiceros ancestrales, emergieron como guardianes no santificados de estas fuentes corruptas tras la Guerra del Lamento Eterno (423 P.L.). Fundados por Vorath el Cicatrizado, un exsacerdote de Sel’thirak que descubrió el poder de los manantiales tras ser desterrado por practicar ritos prohibidos, los Senescales juraron contener el poder de la putrefacción… para luego dominarlo.
Estructura de la Carroña
Los Senescales se organizan en círculos concéntricos de iniciación, cada uno con tareas específicas:
- Putrescentes: Neófitos que custodian los túneles externos. Visten túnicas de musgo petrificado y cargan péndulos de hueso que detectan filtraciones de energía corrupta.
- Necroforjadores: Alquimistas que destilan las aguas pútridas en esencias usadas para sus rituales. Su símbolo es un crisol con gusanos entrelazados.
- Señores de la Quidamnia: Hechiceros veteranos que controlan los flujos de maná corrupto mediante cristales de gangrena estabilizada. Solo ellos pueden ingresar al Sanctum Gulmor, cámara central donde yace el manantial primigenio.
- Vorath (Único y Eterno): Líder inmortal que habita en un éter suspendido sobre las aguas madre. Se comunica mediante sueños febriles y posee a sus subordinados para dar órdenes.
Rituales de la Descomposición Controlada
Su magia se basa en tres pilares prohibidos:
- Álgebra de la Pudrición: Cálculos precisos para dosificar la corrupción sin desatar plagues. Dominan epidemias matemáticas que infectan solo objetivos designados.
- Reanimación Ecológica: Usan la energía pútrida para regenerar tierras muertas, creando bosques de hongos parlantes que vigilan sus dominios.
- Sinfonía de Entropía: Ritual colectivo donde canalizan el maná corrupto en círculos de invocación mayores, logrando efectos como acelerar el envejecimiento de ejércitos o petrificar construcciones en horas.
Pactos y Enemistades
- Clan Whisper: Alianza tensa. Intercambian cadáveres “frescos” por esencias de los manantiales, pero los Senescales desconfían de su necromancia grosera.
- Guild of the Black Petal: Enemigos irreconciliables. Estos botánicos oscuros buscan purificar los manantiales para crear un jardín de flora pútrida móvil.
- Torre de las Estrellas (Valtoria): Los sabios valtorianos los consideran “custodios necesarios”, pero monitorean sus actividades mediante espías goliatths infiltrados como putrescentes.
La Maldición del Primer Manantial
Leyendas en Chega hablan de Aelthra, heroína shadar-kai que intentó sellar el manantial primigenio. Vorath la capturó y la sumergió en las aguas por siete siglos, transformándola en el Árbol de las Susurraciones, un tótem viviente cuyas raíces contienen el 63% de la corrupción total. Cada luna negra, los Senescales perforan su corteza para extraer savia de pesadillas, usada en sus rituales más poderosos.
Decadencia Vigilante
Aunque su objetivo oficial es evitar que la putrefacción inunde Mor’dhul, sus experimentos han creado anomalías: el Campo del Aliento Anegado (niebla que ahoga sonidos a 5 km del Sanctum), y los Esclavos de la Saliva Eterna (prisioneros convertidos en criaturas gelatinosas que limpian filtraciones). Pese a todo, sin su vigilancia, las plagas de los manantiales habrían devorado ya el 40% del reino. Como dice su juramento: “Somos el cáncer que impide la metástasis”.