El guardián del tañido
En la cima de la Torre de las Estrellas, en el corazón del reino enano, pende un artefacto tan antiguo como la propia era del Renacimiento: la gran campana Aethelgard. Más que un simple instrumento, es un oráculo de metal y magia, un nexo con el latido cósmico de Lithernia. Su custodia no recae en un ejército ni en un rey, sino en una figura solitaria y reverenciada conocida como el Guardián del Tañido, un linaje de sabios cuya única misión es escuchar y descifrar los susurros del destino.
El Guardián es el intérprete de los silencios y clamores de Aethelgard, una campana que no tañe con la mano del hombre, sino con las mareas del Tejido del Maná y los temblores de la historia. Cada vibración, cada repique y cada ominoso silencio es un mensaje, una advertencia o una profecía que solo el Guardián, a través de una vida de estudio y meditación, puede comprender.
Historia y Origen
El linaje del Guardián y la Herreria de Aethelgard se remontan a la tumultuosa Era Crepuscular, tras el Cataclismo del Lilium. Con el mundo sumido en el caos y el Tejido del Maná salvaje e impredecible, los sabios supervivientes buscaron una forma de anticipar futuras calamidades. El recién formado Concilio de Magos decretó la creación de un faro arcano, un sistema de alerta para todo el continente.
La tarea recayó sobre los dos pueblos más dotados para tal empresa: los maestros artesanos Enanos de Valtoria y los adivinos estelares de Eldrador. * La Herreria: Los herreros Enanos, bajo la bendición de Rokael, forjaron la campana con una aleación imposible de mithril y el corazón de un meteorito caído, un fragmento de estrella que vibraba con la esencia de Arzia. La llamaron Aethelgard, que en una lengua antigua significa “Noble Custodia”. * La Sintonización: Los magos élficos la inscribieron con Runas dinámicas que cambiaban según los flujos cósmicos. La sintonizaron con la frecuencia residual de Chronos, la Lanza del Tiempo, una de las cuatro Lanzas Celestiales que sellaron al Primer Rey. Esta conexión le otorgó a Aethelgard una sensibilidad única a las fluctuaciones del tiempo, el destino y los grandes acontecimientos proféticos.
El primer Guardián fue un sabio elfo, pero la responsabilidad fue transferida a los Enanos de Valtoria, cuya paciencia y conexión con la piedra y los metales los hacían los custodios ideales. Desde entonces, el título de Guardián ha pasado de maestro a aprendiz, un puesto de inmenso honor y terrible carga, integrado en el Círculo Interior de la Torre de las Estrellas.
La Campana: Aethelgard
Aethelgard se encuentra en el observatorio más alto de la Torre de las Estrellas, en una cámara abovedada y abierta a los cielos, donde parece absorber la luz de las estrellas y el silencio de la montaña. Es una obra de arte colosal: * Material: Su metal tiene un brillo plateado oscuro, casi negro, surcado por vetas que refulgen con una luz interna. Las Runas élficas y enanas que cubren su superficie parecen moverse lentamente, como constelaciones en un firmamento nocturno. * Sonido: Su tañido no es meramente auditivo. Es una onda psiónica y mágica que resuena en el Tejido del Maná. Los seres con sensibilidad arcana en toda Valtoria pueden “sentir” su repique en sus mentes, mientras que en lugares lejanos, los magos más poderosos pueden percibirlo como una perturbación en la trama de la magia.
Los Tañidos del Destino
El Guardián no hace sonar la campana; la escucha. Aethelgard responde a los grandes cambios en el equilibrio del mundo, y cada tipo de tañido posee un significado profundo que el Guardián debe interpretar para el Concilio de la Montaña y la Reina Valeria Bronzebrillo.
- El Tañido de la Advertencia: Un único y profundo repique que hace vibrar la piedra de la torre. Suele anunciar desastres mágicos, el despertar de una bestia ancestral o una inminente tormenta arcana.
- El Murmullo de las Estrellas: Una serie de campanadas suaves, altas y melódicas, casi como un carillón. Ocurre durante eventos celestiales significativos, como el Ecos_del_Eclipse_de_Sangre, o señala el descubrimiento de nuevos conocimientos arcanos, como los Conjuros Estelares.
- El Clamor de la Guerra: Un repique rápido, marcial y caótico, como si miles de martillos golpearan la campana a la vez. Anuncia el estallido de un conflicto a gran escala o un punto de inflexión decisivo en la Gran Guerra, como la Batalla de las Lágrimas Negras.
- El Lamento de la Lanza: El más inquietante de los tañidos regulares. Es un sonido discordante y prolongado, lleno de una pena palpable. Resuena cuando el poder de una de las Lanzas Celestiales es perturbado o cuando el sello que aprisiona al Primer Rey se debilita.
- El Silencio Profético: El augurio más temido y sagrado. No es un sonido, sino su ausencia total. La vibración de fondo de Aethelgard cesa por completo, sumiendo la cámara en un silencio antinatural. Las Leyendas afirman que esto solo ocurrirá dos veces: una para anunciar la llegada del mortal elegido por la Profecía del Retorno del Rey, y otra para señalar el fin de los tiempos con una Segunda Caída del Lilium.
Relevancia en la Era Actual
En los últimos años, el puesto del Guardián del Tañido ha adquirido una importancia crítica. El actual guardián, un enano anciano y casi ciego llamado Borin Stone-Ear, ha informado al Archimago Thalios Estrella Antigua y a la Reina que el “Lamento de la Lanza” se ha vuelto peligrosamente frecuente. Los ecos de la campana hablan de sellos que se quiebran y de un poder antiguo que despierta.
Muchos en Valtoria creen que la profecía está a punto de cumplirse, y que el destino de Lithernia pende de la correcta interpretación de los próximos tañidos. Esto ha puesto al Guardián y a la propia campana en el punto de mira de diversas facciones: * Agentes de Mor’dhul, posiblemente enviados por Lord Aethel “El Cruel”, podrían intentar silenciar la campana para que la profecía no pueda ser guiada. * Los Cazadores de Sombras de Valtoria ven a Aethelgard como el máximo símbolo del conocimiento que desprecian y podrían intentar destruirla. * Órdenes secretas devotas al Primer Rey podrían buscar al Guardián para que los guíe hacia las Lanzas.
El Guardián del Tañido ya no es solo un observador pasivo. Se ha convertido en una pieza clave en el tablero de ajedrez del destino, y sus interpretaciones podrían guiar a los héroes hacia la salvación de Lithernia o empujar al mundo a un nuevo cataclismo.